
La gata se transforma
Un día llegó con ella, era un nuevo regalo, ella era un tanto particular. Piernas largas interminablemente largas y un sombrero de género, que no decía mucho la verdad… silenciosa compañera…
Un día volver del viaje, llegué con aires renovados y la creatividad a mil.
La gata fue mi foco de atención y de acción, la miré fijo y le dije: “ya es hora de un cambio de look”. Me miró sorprendida como diciendo…¿de qué le hablará? (creo que nunca le hablé así). Silenciosa me miraba, no tuvo más que entregarse a mis manos.
Empecé por el cabello… siempre he querido tener el pelo rojo y largo. Bueno, y como ella estaba dispuesta a todo jeje, su escasa cabellera negra comenzó a caer y unos larguísimos mechones rojos comenzaron a poblar su cabecita.
Sacarle el sombrero no fue tan difícil como creí, pensando en que jamás se lo había sacado, pues nació con él.
Pasados unos días, el turno fue cambiarle la ropa. Había comenzado a hacerle una falda como si fuera para mí, la imaginé larga y de muchos colores.
Cuando estaba en el proceso de costura, la miré y dije: mmm podemos hacer algo con lo que ya tienes… así que manos a la obra y me puse a quitarle lo que traía puesto: unos pantalones del año 20 y una polera café de la misma época. A diferencia del sombrero que no costó nada sacar, aquí sí costó… sus prendas estaban pegadas literalmente a su cuerpo.
El despegarlas me hizo reflexionar sobre lo mucho que nos cuesta hacer una versión nueva de nosotros mismos, cómo nos cuesta desprendernos de los viejos ropajes que por años llevamos puestos, qué difícil se nos hace sacar la ropa que visten al personaje que hemos creado.
Tomado el impulso de querer renovar su apariencia lo que me quedaba era avanzar motivada por la linda vestimenta nueva que luciríamos más tarde… Bueno y que al fin y al cabo en vestiría por un tiempo a un nuevo personaje. (importante es no olvidar que no somos el personaje, somos lo que habita debajo de sus ropas…) Presiento que la gata (mi muñeca de genero regalo de mi pareja) quedo con un look renovado y esa vestimenta seguro hablará mucho de quién estaba siendo en ese tiempo.
Yo, la Gata.
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